Europa

La política europea en el siglo XX

Después de siglos  en los que el sistema de estamentos había sido el pilar fundamental de la sociedad en Europa, hacia finales del siglo XVIII la cosa empezó a cambiar. Tras la Revolución Francesa en 1789, estaba claro que la idea de un Rey elegido por Dios, junto a unos señores feudales que se habían convertido en cortesanos y un clero que se consideraba con derechos de asesorar a la misma corona, no era precisamente la manera en que el pueblo menos privilegiado quería ser gobernado.

 La verdad, el ejemplo de Francia convirtiéndose en República de la noche a la mañana tras un régimen de Terror causó pavor a todas las monarquías europeas, que se apresuraron a ir dando derechos al pueblo llano y a ciudadano que no pertenecían a la nobleza. Empezaron así a forjarse las primeras «democracias»,  por así llamarlas, que durante todo el siglo XVIII fueron afianzándose poco a poco, dando sus primeros pasos y haciendo pruebas de aciertos y errores; por supuesto, todavía dependían de la monarquía muchas de ellas, pues los reyes eran reacios a prescindir de tener todo el poder en sus manos, y algunos intentos de república pudieron verse en algún que otro país, aunque nunca lograron cambiar todo el sistema político con en Francia.

Así nos presentamos en el siglo XX, con una Europa que luchaba por encontrar una forma de gobierno que se ajustara a todos, pero… bueno, ya sabéis que no pudo ser. Los movimientos sindicales, una Primera Guerra Mundial, la Revolución bolchevique… el primer cuarto de siglo no fue precisamente un lecho de rosas, y es que habíamos entrado en la centuria más convulsa de toda nuestra historia. Y no mejoró precisamente al pasar los años, porque se volvió más convulsa aún: el socialismo, el nazismo, las dictaduras, y los múltiples nacionalismos que acabaron con la independencia de muchos países y colonias, tanto aquí en Europa como en el resto del mundo.  

Y aquí en España no nos quedamos ajenos a todo este terremoto social y político. Más adelante veremos cómo nos influyó toda esta mecánica europea y mundial, y cómo nosotros también aportamos a nuestra historia varias fórmulas que nos llevaron a escribir con sangre algunos retazos de ella. Casi parece como si eso hubiera pasado hace muchos años, pero en realidad apenas hablamos de un siglo, y todavía gozamos de algunos testigos de aquellos años, aunque pueda parecer increíble.  Y es por eso que merecen que vaguemos un poco por la historia política reciente de nuestro país.